Cuando la #emancipación es posible siendo traductor: 7 consejos para lograr la emancipación
Hoy tengo una gran noticia que daros. A finales de mes pongo rumbo a tierras manchegas, donde por fin podré disfrutar de la independencia. Hace poco más de dos años que me gradué y, desde entonces, la fortuna y el trabajo duro han hecho que por fin pueda dar el paso más importante que he dado hasta ahora en mi vida: vivir por cuenta propia. Esto me lleva a hacer una lectura positiva de toda esta etapa de transición que termina que, muy probablemente, será extrapolable a pocos casos, dado que entran en juego factores muy diversos. Pero aun así, no voy a morderme la lengua y voy a atreverme a daros un mensaje cargado de optimismo:
«Sí, chicos, la emancipación es posible».
7 consejos para emanciparte
Después de todas las experiencias que he tenido en estos años, me atrevo a afirmar que la emancipación es posible al poco tiempo de terminar la carrera, pero evidentemente no existe una fórmula secreta para conseguirla, pues cada caso es único, y además es evidente que el factor suerte juega un papel importante. Aun así, voy a atreverme a daros algunos consejos basados en mi experiencia que quizá os puedan ser de utilidad de aquí en adelante.
Aquí van:
1. No esperes a terminar la carrera para empezar a moverte
Si estás en el último año de carrera o te queda poco para terminar, quizá te convenga empezar a moverte ya en lo profesional. No me refiero únicamente a que empieces a mirar ofertas de trabajo o a conseguir las primeras entrevistas (que también), sino a otras alternativas que también puedan reportarte algún beneficio en el futuro. Puedes hacerte unas tarjetas de visita, acudir a eventos profesionales de traducción para conocer a profesionales más experimentados, poner en marcha algún proyecto original o intentar «colarte» en alguna quedada traductoril para empezar a meter cabeza en el gremio.
Todavía recuerdo cuando estaba en el último año de la carrera y me dio el venazo de hacerme unas tarjetas de visita. Pensé que era un momento idóneo, pues de esa forma podía empezar a promocionarme y dar una imagen un poquito más profesional si me acercaba a algún evento o congreso de traducción. Y así fue. En los primeros eventos y quedadas a los que pude acudir, conocí a gente fantástica que me ayudó muchísimo y me dio muy buenos consejos.
Además, antes de terminar la carrera también busqué hacerme con unas prácticas por mi cuenta (así fue como conseguí un puesto de traductor en prácticas en Acción Contra el Hambre) y empecé a invertir tiempo en trabajar mi presencia en internet, lo cual me trajo mi primera oportunidad con un estudio de doblaje gracias a mi perfil de Linkedin.
En mi opinión, moverme antes de terminar fue un gran acierto, pues salí prácticamente catapultado sin quedarme parado en los meses/semanas posteriores a mi etapa universitaria.
2. Atrévete a hacer cosas que sabes que puedes hacer, aunque sean difíciles y diferentes
Estoy seguro de que hay muchas cosas que podrías hacer si realmente te atrevieras a hacerlas. Todos tenemos aptitudes que nos diferencian de los demás. Sin embargo, curiosamente, al terminar la carrera suele ocurrir que muchos compañeros opten por unas salidas muy parecidas a las que tú buscas. Quizá porque en esa ciudad las agencias de traducción se cuentan con los dedos de una sola mano y coinciden al elegirlas, porque hay un máster que está muy de moda, por una falta de orientación, o porque los profesores han mencionado una serie de salidas típicas sin ofrecer más alternativas y todos os habéis aferrado a ellas.
Pera la realidad es bien distinta. Hay mucho más ahí fuera. Creedme. No solo existen las agencias de traducción, los másteres o la docencia de idiomas (por citar algunos ejemplos de salidas típicas). Personalmente, una de las mejores decisiones que tomé en su momento (y esto lo sé ahora, y no antes) fue invertir tiempo y dinero en formarme en temas de diseño y maquetación para complementar mi condición de traductor. Una actividad que nada tiene que ver con traducir, pero que me ha permitido diferenciarme y buscar otras salidas, muchas de ellas relacionadas también con la traducción, como el curso de maquetación para traductores con Adobe InDesign de AulaSIC o colaboraciones como maquetador con otros profesionales y empresas del sector de la traducción.
Para dar ese tipo de pasos, hay que arriesgarse, salir de la zona de confort, descubrir nuevas alternativas y pasar por tragos que pueden resultar difíciles, pero que una vez dados refuerzan tu valor y tu confianza en ti mismo de cara al futuro.
Cuando lanzamos la primera edición del curso de InDesign, la verdad es que al principio pensaba que no iba a matricularse nadie, pero curiosamente en las primeras ediciones conseguimos contar con más de 10 alumnos, lo cual para mí fue un gran logro, y con el tiempo fuimos consiguiendo atraer a más y más alumnos hasta que el pasado mes de mayo conseguimos superar los 40 alumnos matriculados en el último curso que se organizó con el apoyo de AulaSIC, ANETI y CEOE, en el que se agotaron todas las plazas en apenas unos días.
También me resultó muy duro dar mi primera charla en Traduemprende delante de profesionales con una mayor experiencia que yo, pues sabía que muchos podían juzgarme por mi juventud, pero aun así lo hice porque me sentía capaz y eso me hizo progresar como profesional, ganar confianza y conseguir nuevas oportunidades (mención especial para Leon Hunter, que me dio la oportunidad de participar en el evento).
3. Ten claro lo que quieres, pero no te cierres a las oportunidades que la suerte y el azar puedan traerte
Lo bonito y, a la vez, complicado de la suerte es que nunca sabes cuándo se te va a aparecer. Pero si algo he aprendido en este tiempo es que las oportunidades acaban llegando, siempre que te mantengas activo y visible. ¿Quién sabe? Quizá mañana te llame un compañero traductor para encargarte un proyecto de 20 mil palabras porque él está demasiado ocupado (estas cosas ocurren), o quizá acudas a un evento y conozcas de casualidad al jefe o encargado de recursos humanos de una agencia de traducción que tiene un proceso de selección abierto y te invitan a participar en él.
Lo importante en estos casos es estar preparado para aprovechar esas oportunidades y para saber apreciarlas. Quizá en el momento en que se te presentan no entran dentro de tus planes, pero es posible que esas oportunidades puedan llevarte por un camino diferente que no te habías planteado y que podría acabar gustándote. Así me enamoré yo de la traducción audiovisual, de casualidad, porque en realidad cuando estaba al final de la carrera yo quería traducir videojuegos (quizá porque me dejaba llevar por la moda del momento), pero un día me contactaron para traducir un documental y desde entonces no he parado de traducir documentales, series y hasta películas. Así se las gasta Murphy…
4. Estate al loro de todo y échale morro
La suerte no siempre aparece de la nada, también se puede buscar si somos un poco espabilados. Utiliza las redes sociales con inteligencia, entérate de cuáles son los próximos eventos y congresos de traducción, sigue a profesionales relacionados con tus intereses profesionales, infórmate de cursos asequibles que te permitan complementar tu formación y conocer a otros compañeros, regístrate en portales de empleo en los que veas ofertas relacionadas con tu perfil profesional, busca empresas que te interesen y consulta sus listados de ofertas de trabajo, hazte con las direcciones de correo electrónico y los teléfonos de los encargados de recursos humanos de las empresas y escríbeles para tantearles…
En definitiva, si no llega la oportunidad, búscala tú mismo. Haz que ocurra. Quizá así también puedas conseguir ese trabajo que tanto anhelas.
5. Conócete a ti mismo y muestra una actitud profesional en todo lo que hagas
La transición de la universidad al mercado profesional es una etapa difícil en la que hay mucho que demostrar. En mi opinión, una de las claves principales radica (además de en la preparación) en la actitud que demostremos en determinadas situaciones como entrevistas de trabajo, conversaciones con nuestros primeros clientes o quedadas (en contextos profesionales) con otros compañeros traductores, por citar algunos ejemplos. De una forma u otra, tenemos que demostrar una actitud profesional para hacernos valer.
Hay valores como la seriedad, el compromiso, la naturalidad, la sinceridad, la humildad o la seguridad en uno mismo que suelen jugar un papel crucial a la hora de generar confianza en los demás. Si consideramos que tenemos carencias en alguno de esos valores, o en otros personales que podamos considerar importantes, siempre podemos anticiparnos e intentar trabajar esas carencias para mejorar como personas y como profesionales. Por ejemplo, si somos poco sociables, podemos apuntarnos a cursos y obligarnos a participar en ellos; si nos cuesta hablar en público, podemos apuntarnos a algún taller de oratoria o quizá volver a dar algunas clases de interpretación de conferencias :P. Siempre hay soluciones.
Personalmente, encuentro muy útil participar en charlas, talleres y congresos para ponerme a prueba y superar los típicos miedos a hablar en público y a relacionarme con otros profesionales, pues en realidad siempre me he considerado tímido para hablar con gente nueva y hacer contactos. Al final, siempre podemos encontrar algún mecanismo para mejorar nuestra actitud y dar una mejor imagen.
6. Ahorra todo lo que puedas y más
Para emanciparse es más que recomendable ahorrar una cantidad considerable de dinero, sobre todo si trabajas como autónomo. Disponer de un cierto colchón te dará más tranquilidad y una mayor estabilidad en los primeros meses.
Cuando te emancipas, empiezas a tener una serie de gastos que antes no tenías. Tienes que empezar a responder a los gastos de alquiler, luz, agua, ¡internet! y, muy probablemente, calefacción en invierno, además de los gastos mensuales de la compra (comida, ropa, productos de limpieza e higiene, etc.). La cantidad idónea para emanciparte dependerá también de tus aspiraciones y de si vas a irte a vivir con alguien o tú solo. Pero quizá sí deberías calcular una cantidad que te permita tener un margen de varios meses de maniobra en caso de que las cosas vayan mal o surjan imprevistos con los que no contabas.
Si has conseguido un contrato con alguna agencia o empresa, entonces quizá lo tengas algo más sencillo para irte por tu cuenta. Trabajar en plantilla puede darte una mayor estabilidad en lo económico, aunque en los tiempos actuales conviene no confiarse demasiado, así que probablemente también sería recomendable tener unos ahorros aunque tengamos garantías de seguir durante varios meses en el puesto que estemos ocupando. En esta vida nada es seguro.
7. Ponte una fecha aproximada para dar el paso e idea un plan de actuación
Tanto si acabas de terminar la carrera, como si ya has hecho avances de algún tipo en lo profesional y estás haciendo tus primeros pinitos, puede ser muy interesante marcar una fecha en el calendario para tu emancipación. De esta forma, podrás planificar los avances y logros que debes conseguir hasta que llegue ese día. Si ya eres autónomo, quizá tu objetivo sea lograr facturar x euros más al mes (para todo esto, esta calculadora y CalPro me resultaron muy útiles), o bien conseguir nuevos clientes para ampliar y diversificar tus ingresos (estos dos fueron los objetivos que me marqué yo, por ejemplo). Si por el contrario acabas de entrar a trabajar en una empresa, quizá tu objetivo sea ahorrar una determinada cantidad de dinero para poder irte de casa, o aspirar a un ascenso o un trabajo mejor para dejar de depender de esa ayuda que todavía te dan tus padres.
Sea como sea, tener una fecha de referencia te hará tener una ilusión constante y un objetivo que cumplir, lo cual te permitirá mantener tu motivación alta. Además, si finalmente consigues el objetivo, sentirás una gran satisfacción contigo mismo, ilusión y una gran alegría, como la que siento yo ahora mismo mientras escribo esta entrada. 🙂
Pues nada, chicos, os deseo toda la suerte del mundo y espero que estos consejos os sirvan al menos para seguir avanzando en vuestro futuro más próximo. Ya me contaréis.
¡Hasta la próxima!
Inspiring! Para mí el proceso fue progresivo porque soy de Oviedo y estudié en Salamanca, una emancipación muy entrecomillada ya que la fundación de papá y mamá realizaba grandes contribuciones 🙂 Ahora aquí en el máster de Indianápolis, no soy independiente enconómicamente al 100% pero casi, con la ventaja de que, además de un máster, tengo un par de años de experiencia laboral. En cuanto regrese a Indy en agosto ya sí que me lanzaré de lleno al mundo laboral (y a ver si retomo el blog, que lleva un año abandonado de la mano de dios).
¡Mucha suerte!
Cris
¡Hola, Cris! Muchas gracias por comentar. En realidad, como decía en la entrada, cada caso es un mundo. Hay quien puede emprender un proceso gradual de emancipación, o hay quien de un día para otro se tira a la piscina y se marcha de casa (conozco algunos casos así). En mi caso, me marqué una fecha en el calendario para lograr ciertos objetivos, y no solo la cumplí, sino que hasta pude adelantar todo el proceso de emancipación, así que a mí fue un método que me funcionó muy bien. Es una forma de «obligarte» o de marcarte la meta… Leer más »
Totalmente cierto. Hay que moverse. Moverse genera oportunidades y te hace conocer a personas que te las dan. Independizarse es la mejor manera de sentir el agua al cuello para moverse en lugar de quedarnos cómodamente en casa. Con el paso de los años uno acaba prefiriendo vivir de forma independiente, a pesar de sus contras, ya que lo que se gana y aprende no tiene precio.
Exacto. Hay que obligarse de alguna forma a avanzar, siempre que tengas lo necesario para hacerlo, claro está. No hay que olvidar que estamos en una situación delicada en la que no todo el mundo puede plantearse la emancipación a corto plazo. Aun así, idear una hoja de rota para conseguirla puede venir muy bien. A mí, desde luego, me ha funcionado.
Un saludo.
Rafa
Enhorabuena y que tengas mucho éxito!!!
¡Muchas gracias, Diana!
En primer lugar, y aunque ya te lo había dicho, ¡felicidades! no sabes cuánto me alegro por ti y las esperanzas que me das. Yo todavía sigo en el paso del ahorro pero cada vez veo la meta más cerca.
Te deseo lo mejor con la mudanza y que tengas una buena experiencia. Ya nos irás contando 😉 Un abrazo.
Te falta la negrita en el título 7 😉
Hola, Rafa:
¡Enhorabuena por haber dado este paso! Me ha gustado mucho tu entrada, cargada de optimismo y buenos consejos. La comparto en Twitter.
Un saludo,
Lucie
¡Hola, Lucie!
Muchísimas gracias. Ha sido un paso muy importante a la vez que difícil. Espero que la entrada pueda servir a otros compañeros que estén persiguiendo esa emancipación.
¡Ánimo a todos! 🙂
[…] tarea fácil. A mí, por ejemplo, el inicio de Traduversia me pilló en plena mudanza ya que, como ya os conté, a finales de julio me vine a vivir a Tomelloso, una localidad de Ciudad Real. Por tanto, ambos tuvimos que hacer algunos sacrificios importantes […]
[…] que no supone demasiado esfuerzo si dispones del apoyo de tu familia o si has conseguido ahorrar un poco de dinero por tu cuenta. Si, además, ya cuentas con algún cliente con el que puedas trabajar nada más darte de alta, […]