Un traductor en Buenos Aires, la meca de la traducción en 2016
Cuando el pasado mes de junio, tras el Simposio de Traducción Especializada y Nuevas Tecnologías, el CTPCBA me propuso acudir al VI Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación de este año, la verdad es que no lo dudé ni un segundo. Me brindaban la oportunidad de acudir a uno de los eventos más importantes del mundo, en el que iba a compartir cartel con un gran elenco de profesionales y académicos del ámbito de la traducción y las lenguas.
Llegada a Buenos Aires y entrevista para Entredichos
Así que, ni corto ni perezoso, para Buenos Aires que me fui. Llegué el 19 de abril tras un vuelo movidito de más de doce horas de duración al que alcanzó un rayo (por suerte, quedó en un pequeño susto en forma de turbulencia).
Al día siguiente, tenía programada mi primera actividad en la gran capital argentina: una entrevista junto a Eugenia Arrés y Antonio Martín para Entredichos, el ya conocido programa de radio impulsado por el CTPCBA y Radio Palermo. En la entrevista, pudimos hablar de la importancia de las nuevas tecnologías y la informática aplicada en el oficio de los traductores profesionales y, entretanto, compartimos los proyectos que teníamos cada uno entre manos junto con alguna que otra anécdota. La verdad es que hubo un ambiente muy distendido (mérito de Damián Santilli, Virginia Rubiolo y Valeria Cardozo, presentadores del programa) y la hora que estuvimos allí se nos pasó volando. El programa se grabó en vídeo (como todos los programas de Entredichos), así que os lo dejo aquí abajo por si os interesa verlo o escucharlo.
Los días del Congreso
El día posterior a la entrevista dio comienzo el VI Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación. En el acto de inauguración, tres maravillosos tenores (no recuerdo cómo se hacían llamar, si alguno lo recuerda, que deje un comentario) cantaron varios fragmentos de óperas tan maravillosas como Rigoletto o la Traviata, además del himno de Argentina (precioso) y otras piezas que no recuerdo. La que sí se me quedó grabada en el corazón fue la interpretación de Granada, la canción compuesta por Agustín Lara. Cuando comenzó el primer verso (Granada, tierra soñada por mí), no pude evitar emocionarme. Ya sabéis que me crié y crecí en Granada (¡hasta estudié en la Facultad de Traducción e Interpretación de Granada!), así que fue muy emocionante escuchar esa canción a más de 10.000 kilómetros de casa.
Tras la actuación de los tres tenores, la presidenta del CTPCBA, Leticia Martínez, declaró oficialmente inaugurado el Congreso tras un discurso en el que miraba claramente al futuro. No podía ser de otra manera, ya que el lema del evento fue «El traductor después del mañana», lema con el que yo me sentí especialmente identificado como traductor joven. Leticia Martínez hizo hincapié en los retos que presentan las nuevas tecnologías, que han multiplicado la «cantidad y calidad» de la información, y defendió que pese a ello, la traducción se encuentra en una constante etapa de «evolución y revolución».
Uno de tantos traductores hispanohablantes.
Tras el discurso inaugural de Leticia, tomaron el relevo Jorge Díaz Cintas, Chris Durban y Jost Zetzsche en una mesa redonda en la que siguieron hablando y debatiendo sobre el futuro de la traducción. Especialmente interesantes me parecieron las palabras de Jorge Díaz Cintas, que llamó la atención sobre la necesidad de entrenarse y reciclarse constantemente para estar «por encima de lo que hace la tecnología». Chris Durban resaltó lo importante que es «especializarse y tener un profundo conocimiento de la lengua materna para ejercer como traductor profesional», mientras que Jost Zetzsche animó a los traductores más jóvenes «a lanzarse, a quitarse los miedos y prejuicios y andar su propio camino». Fue, sin lugar a dudas, una mesa redonda muy interesante en la que hablaron tres grandes eminencias que podrían considerarse símbolos del pasado, presente y, a buen seguro, del futuro de la traducción.
Jorge Díaz Cintas, Leticia Martínez y Chris Durban durante la mesa redonda inaugural.
Tras la mesa redonda inaugural, comenzaron las charlas, talleres y actividades del Congreso, que se prolongarían durante tres días en la sede del evento, el Palais Rouge, un palacio de congresos gigantesco, capaz de albergar con grandes comodidades a los más de 1300 asistentes que hubo cada día. El evento fue muy multitudinario. Tanto, que había momentos en los que se dictaban hasta cuatro o cinco charlas a la vez en diferentes salas, así que había mucha variedad para elegir, sobre todo en las temáticas.
Yo asistí, sobre todo, a charlas sobre traducción audiovisual, aunque desafortunadamente no pude acudir a todas las que me hubiera gustado, porque me tocó trabajar en algunos momentos (¡la vida del traductor autónomo!). Pero el balance no estuvo nada mal, ya que en los tres días del evento pude disfrutar de las ponencias de Miguel Sáenz, Antonio Martín, Eugenia Arrés, Damián Santilli, Gabriela Scandura, Juanjo Martínez Sierra o Nuria Sanmartín, entre otros. Si lo deseáis, podéis leer las crónicas de algunas de estas y otras charlas en el blog de la Comisión de Artes Audiovisuales del CTPCBA.
Mi paisana Eugenia Arrés durante una de sus charlas.
En realidad, creo que fue en el vestíbulo donde pasé más tiempo entre unas cosas y otras. La organización habilitó una zona de networking con varios sofás y varias mesas, en donde hubo un ambiente muy distendido. La gente tenía muchas ganas de interactuar, de desvirtualizar a colegas de profesión o simplemente de charlar. Allí pasé muy buenos ratos hablando con los traductores de la Comisión de Recursos Tecnológicos del CTPCBA, con quienes me llevo de maravilla (¡arriba el Fifa!), y con profesionales a los que admiro profundamente como Eugenia Arrés, Patrick Zabalbeascoa, Frederic Chaume o Jorge Díaz Cintas, con quienes tenía muchas ganas de hablar. También me tocó sentarme a ratos en la mesa de trabajo, ya que como os decía me tocó dedicar algunos ratos a trabajar.
Currando como uno más en el área de networking.
De todo el networking que pude hacer en el evento, me quedo con cuatro anécdotas: la primera, cuando Miguel Sáenz se sentó a mi lado con un café sin conocerme y empezó a sacarme conversación (no me lo podía creer :D). La segunda, cuando Antonio Martín, director gerente de Cálamo y Cran, me prestó su adaptador para que pudiera enchufar mi portátil (¡gracias de nuevo, Antonio!). La tercera, cuando compartí taxi con Joaquín Müller-Thyssen, director general de la Fundéu, quien me puso al tanto de la situación de la Fundéu en Latinoamérica. Fue, sin duda, uno de los desplazamientos en taxi que se me hicieron más cortos. Y la cuarta, cuando me crucé en el ascensor con Frederic Chaume, a quien aún no tenía el gusto de conocer. La quinta anécdota (no relacionada con el evento), como bonus, fue cuando me encontré, de nuevo en el ascensor el hotel, con un jugador de Trujillanos, equipo venezolano que al día siguiente se enfrentaba a River Plate en el Monumental.
¿Cuántas casualidades, verdad? Son este tipo de cosas las que le dan vidilla a un evento y las que te sacan la sonrisa tonta cuando pasan unos días y echas la vista atrás. Por supuesto, también me quedo con el cariño que me mostrasteis todos los que os animasteis a saludarme en algún momento por ser lectores del blog o alumnos de Traduversia. Esas muestras de cariño hacen una gran ilusión, sobre todo después de cruzarte el charco para participar en el Congreso.
Foto con Sofía Mendoza, traductora con un gran futuro por delante.
También fueron especialmente interesantes y entretenidas las comidas y cenas con los colegas traductores que acudieron al evento. Los nombraría a todos, pero me faltaría espacio, así que me limitaré a colgar una foto para dejar constancia de ello.
Por cierto, dicho sea de paso que la gastronomía bonaerense es espectacular. Hubo incluso hasta quien temió por mi salud, porque otra cosa no, pero comer… comí hasta reventar. 😀
— Xosé Castro (@xosecastro) 22 de abril de 2016
Mi charla sobre maquetación y Desktop Publishing
Aunque a estas alturas ya no vais a creerme, en realidad fui a Buenos Aires a trabajar. 😀 La primera actividad era la charla que me tocó impartir el sábado, 23 de abril, justo antes de las charlas de Miguel Sáenz y Jorge Díaz Cintas, algo que fue un honor. A la charla acudió gente con intereses muy dispares. Hubo por tanto asistentes que apenas sabían nada de maquetación y otros que ya habían hecho algunos pinitos. En cualquier caso, fue un placer poder aportarles nuevos conocimientos e ideas sobre el tema.
Durante los más de 40 minutos que duró la charla, hice un desglose de los retos y dificultades que deben afrontar los traductores cuando se aventuran a editar una imagen o a traducir un documento maquetado con una herramienta de autoedición, tarea que generalmente debe acometer un maquetador profesional, pero que últimamente también desempeñan traductores con formación en diseño gráfico y diseño editorial. Desde hace un tiempo, las agencias están valorando muy positivamente a los traductores que saben usar herramientas de autoedición y que entienden las compatibilidades y problemas derivados del uso de herramientas de traducción asistida a la hora de traducir documentos generados en herramientas como Adobe InDesign, QuarkXpress o FrameMaker. La charla estaba basada en un artículo que publiqué en el número 128 de la revista del CTPCBA, así que si queréis profundizar en el tema, os invito a que le echéis un vistazo.
Desafortunadamente, me comí todo el tiempo del que disponía y no se pudo hacer el turno de preguntas, pero intenté resolver las dudas que pude por los pasillos a quienes se quedaron con ganas de preguntar algo.
Los talleres que impartí durante el Congreso
El Congreso concluyó el domingo 24 a mediodía, tras una interesante mesa redonda sobre el idioma español en la que intervinieron Antonio Martín, Miguel Sáenz, Alicia Zorrilla, José Luis Moure y Joaquín Müller-Thyssen. Al día siguiente, dio comienzo mi primer taller sobre maquetación con Adobe InDesign, que duraría tres días (desde el lunes hasta el miércoles) con cuatro sesiones intensivas de tres horas (una el lunes, otra el martes y dos el miércoles), al que acudieron algunos de los asistentes a la charla que ofrecí dos días antes. El aula estuvo casi llena y el ambiente que hubo en las cuatro sesiones del taller fue maravilloso.
Esto fue lo que hizo Héctor Gomá, colega y alumno destacado del taller de InDesign. 😀
Los alumnos pudieron llevarse unas nociones iniciales de InDesign y aprendieron a crear sus propios documentos corporativos (unas tarjetas de visita, una carta de presentación y un currículo). También aprendieron a traducir documentos de InDesign en Trados Studio y a remaquetarlos una vez traducidos. El taller fue un híbrido de los dos cursos que imparto en Traduversia sobre maquetación (Gestión de proyectos multilingües con Adobe InDesign y Maquetación y diseño creativo con Adobe InDesign). Al final del taller, los alumnos recibieron una invitación al curso de gestión de proyectos, al que pudieron apuntarse de forma gratuita, y un descuento especial para matricularse en el curso de maquetación y diseño creativo.
Foto con los alumnos del taller de maquetación. ¡Parece que terminaron contentos! 😀
El jueves dio comienzo el taller de diseño web y localización con WordPress, al que se apuntaron muchos alumnos. Según me dijeron, se cubrieron todas las plazas, algo que me llenó de satisfacción. El objetivo del curso era que los alumnos pudieran llevarse a casa una página web terminada, o al menos un proyecto sobre el que seguir trabajando en las semanas sucesivas. La mayoría lo consiguieron, y además al finalizar el curso recibieron una invitación al curso de diseño web de Traduversia, al que también pudieron apuntarse de manera gratuita. En tres días de taller pudieron aprender muchas cosas, pero para mí era importante que hubiera una continuidad y que pudieran recordar lo aprendido, así que estoy seguro de que el curso online les permitirá seguir avanzando. Además, de esa manera, podremos seguir en contacto a través del foro del curso, donde les podré dar soporte de forma personalizada. 😀
Foto con los alumnos del taller de diseño web. ¡Ya les echo de menos! 😀
No todo fue trabajo
Afortunadamente, tuve varias tardes libres en las que pude dar algunos paseos por Buenos Aires. Estuve casi todo el tiempo con Eugenia Arrés y Juan Entrena, grandísimos aventureros, que de hecho viajaron unas semanas antes a Sudamérica para ir a Perú y Bolivia. Con ellos pude ir a varios bares y restaurantes bonaerenses, como Carlitos (probad los panqueques), Las Cuartetas (probad las pizzas), El Norte (probad las milanesas o las supremas), La Parrilla de Freddy (probad los vaciopanes y choripanes), todos ellos sitios espectaculares. También visitamos sitios emblemáticos como El Ateneo (una de las librerías más grandes del mundo) o el Café Tortoni. Como os decía antes, la gastronomía bonaerense es alucinante, así que mis mayores caprichos fueron gastronómicos.
Foto de despedida con Juan, Euge, Héctor y Mati. ¡Qué grandes!
Por otro lado, tuve el placer de compartir momentos muy especiales con colegas como Damián Santilli, Mariana Costa, Héctor Gomá, Matías Desalvo, Santiago Murias, Santiago Lorenzatto, Eugenia Cazenave, Verónica Ortiz, Soledad Gracia, Virginia Rubiolo, Marianela Farina y compañía (¡perdonad si me dejo a alguien!), todas personas maravillosas a quienes me encantaría poder ver más a menudo.
Especialmente intensas fueron las sesiones de Fifa y Pro en casa de Damián, donde acabamos el último día como si hubiéramos estado jugando al fútbol de verdad en vez de con la Play Station. ¿Cómo? ¿Que quién ganó? Va, seré bueno y no diré el resultado. Solo diré que fueron unos rivales muy dignos. 😛
¡Nos vemos pronto, chicos!
Rafa, un placer leerte y escuchar tu ponencia en el Congreso. Me permito corregirte, la presidenta del CTPCBA se llama Leticia Martínez, no Lourdes. 🙂 ¡Hasta la próxima!
Hola, Pilar:
Gracias por el aviso. Fallo tonto por mi parte, fíjate que pasé varios ratos con ella y sabía de sobra su nombre (¡hasta me invitó a comer asado en su casa!). Debo de tener algo con el nombre de Lourdes, porque casualmente esta semana también llamé Lourdes a una muchacha llamada Irene. ¡Ay, qué mala cabeza tengo!
Un saludo. 🙂
Descuida, ya es viernes. 😉 Saludos, y ¡que viva el flan con dulce de leche!
¡Y con crema! 😛
¡Hola, Rafael!
Antes que nada, ¡gracias por la parte que me tocó! =) (Aunque ese fuera el día que fui peor vestida y, evidentemente, peinada, jajaja). ¡Es un honor para mí que hayas posado conmigo en la foto!
Adhiero al comentario de la colega, fue un placer tenerte por estos lares y presenciar tus ponencias y, en mi caso, uno de tus talleres en el Colegio. Aprendí un montón y me llevé muchas ganas de seguir capacitándome en el área del diseño y la maquetación.
¡Ojalá nos volvamos a ver pronto!
Abrazo grande.