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Hacia unos subtítulos de calidad: pautas, recomendaciones y recursos para convertirte en especialista en subtitulado

Una de las máximas preocupaciones de los traductores audiovisuales es llegar a tener la capacidad de crear unos subtítulos de máxima calidad. Llegar a conseguirlo es una labor más complicada de lo que parece, puesto que subtitular no consiste en crear subtítulos de cualquier manera —como hacen muchos que ofrecen este servicio en muchas páginas low cost de Internet—, sino que hay que hacerlo siguiendo unas pautas y cumpliendo una serie de requisitos que pueden variar en función de la naturaleza del encargo, la tipología de los subtítulos, las convenciones de cada idioma, la guía de estilo que nos exija el cliente (¿qué subtitulador no ha tenido que consultar alguna guía de Netflix, por ejemplo?) o, incluso, las normativas de calidad —como la norma ISO 153010 publicada en España—.

Encontrar el equilibrio entre todos estos factores no es sencillo y hasta puede llevarnos a hallar pautas contradictorias que nos hagan dudar de qué debemos hacer en una situación concreta. Así, es frecuente que, incluso a los más avezados, les surjan dudas en aspectos como las limitaciones de caracteres, la separación de líneas, la velocidad de lectura —los famosos CPS—, los puntos suspensivos de enlace, la sincronización, los formatos de archivo o las herramientas de edición de subtítulos o edición de vídeo más idóneas (¡hay un montón!).

Todo esto me ha animado a crear esta pequeña guía de consejos y recomendaciones, con el objetivo de que pueda servirte para dar tus primeros pasos en esta especialidad. Si ya tienes un nivel elevado en este ámbito, quizá no encuentres tan útil toda la información —aunque nunca viene mal leer para hacer repaso o pescar alguna cosa suelta que desconozcas—. Pero si eres principiante o estás dando tus primeros pasos, estoy seguro de que esta entrada te abrirá un pequeño mundo que es mucho más complejo y enrevesado de lo que podías imaginar.

1. Subtitular requiere tiempo, esfuerzo y un gran nivel de especialización en la materia

Recuerda: subtitular (bien) es una labor muy compleja que requiere una gran meticulosidad y un profundo conocimiento de la especialidad. Debes tener en cuenta que, por lo general, los traductores audiovisuales especializados y acreditados son profesionales que han dedicado años a formarse y que han atesorado una vasta experiencia trabajando para distintas empresas del panorama audiovisual. Por supuesto que todos hemos dado alguna vez con subtítulos hechos por fansubbers o aficionados —algunos de calidad aceptable, todo hay que decirlo—, pero la realidad es que estos subtítulos no siempre cumplen con los requisitos que se exigen a nivel profesional. O, dicho de una manera más simple, que un fansubber pueda crear unos subtítulos aceptables no implica que esté preparado ni acreditado para ser subtitulador profesional.

Estos profesionales cualificados de los que te hablo suelen ser licenciados o graduados en traducción e interpretación o filología que han complementado su titulación con formación especializada, bien estudiando un máster en traducción audiovisual, bien completando cursos especializados sobre traducción audiovisual. Por tanto, si quieres dedicarte a esta especialidad, ten muy presente que tienes por delante horas y horas de formación especializada y que este oficio es más complejo de lo que puedes imaginarte ahora mismo.

Aún me sale una sonrisa cada vez que recuerdo la primera vez que supe que existían pautas y convenciones de subtitulación. Fue cuando subtitulé un corto animado de manera totalmente libre para una asignatura de traducción de italiano a español en tercero de carrera. Cuando lo vio la profesora —que, para más inri, en aquel entonces era la decana— se echó las manos a la cabeza y exclamó: «¡¿pero no se te ha ocurrido seguir las pautas de subtitulado?!». Y fue a partir de ahí cuando comencé a «desasnarme» y a estudiar a fondo el subtitulado (gracias mil, Eva, por aquel arrebato de ira parcialmente contenida). 🙂

2. Primero el teórico y luego el práctico, ¡como el carné de conducir!

Si te has sacado el carné de conducir, seguramente tuviste que hacer un examen teórico antes de poder examinarte del práctico. En subtitulado es interesante hacer lo mismo. Al principio es fácil pensar que para subtitular basta con aprender a introducir texto en un editor de subtítulos como Aegisub o Subtitle Workshop, pero a la hora de la verdad no es tan sencillo. Porque subtitular no consiste en crear subtítulos de cualquier manera, sino que hay que hacerlo siguiendo las pautas y convenciones de las que hablaba más arriba.

Por eso, antes de empezar con la parte divertida, hay que aprender la teoría que te permitirá aprender a redactar unos subtítulos de calidad. Para ello, nada como leer los libros de subtitulado de expertos en la materia como Jorge Díaz Cintas (algunos descatalogados, pero disponibles en muchas bibliotecas universitarias) y consultar guías de estilo de referencia, como las de Netflix, por ejemplo, que son de libre acceso.

También hay que estudiar a fondo los principales problemas de traducción relacionados con el subtitulado. Puedes encontrar mucha información en publicaciones y artículos sobre retos como la traducción del humor, referencias culturales, juegos de palabras, canciones, refranes, etc. También puedes encontrar información sobre algunos de estos temas en este mismo blog o en vídeos que grabé para el canal de YouTube de Traduversia, como este. 🙂

Toda esta fase de aprendizaje teórica puedes desarrollarla por tu cuenta, aunque lo ideal es tener a alguien que te guíe en el proceso y te vaya formando. Es por eso que se hace muy recomendable hacer algún curso de especialización o incluso un máster para asegurarte de adquirir todas estas nociones de la manera adecuada. Si quieres saber qué másteres y cursos son los más recomendables, te recomiendo que escuches este podcast que grabé con mi colega Pablo Muñoz, en donde hablamos largo y tendido sobre formación en traducción audiovisual y localización.

3. Tómatelo con calma: el camino a la experiencia es largo y alberga horrores

La experiencia no es gratuita y no es un punto que poner como adorno dentro del CV. Tener experiencia implica haber afrontado multitud de retos y dificultades y tener plena consciencia de lo que implica afrontar encargos de subtitulado que se las traen. Puede que al terminar tu formación te sientas capaz de afrontar cualquier reto, pero te garantizo que en el camino encontrarás problemas de diversa índole que te traerán de cabeza. Te surgirán dudas que no sabrás cómo resolver y situaciones que no eras capaz de prever en esos momentos de osadía y autoconfianza por la formación adquirida. En esos casos, créeme, es genial contar con la ayuda de colegas más experimentados que puedan arrojar algo de luz sobre las dudas que tengas. Y para eso, nada como los grupos especializados —para eso está ForoTraduversia, por ejemplo—, aunque lo ideal sería contar con colegas a los que poder llamar o escribir directamente con total confianza. Por ejemplo, al profe de tu curso o máster de subtitulado, o a ese compañero o colega que pueda llevar más años que tú en el sector o que, por casualidad, haya podido tener una situación parecida a la tuya. En este sentido, las relaciones son importantes y hay que cuidarlas mucho.

A medida que pase el tiempo y avances por ese camino de obstáculos, ganarás experiencia (real) y, ahora sí que sí, notarás que adquieres una confianza  basada en esas dificultades que has superado. Esa confianza adquirida será auténtica y mucho más difícil de romper, porque estará basada en los cimientos de lo que ya has hecho, y no solamente en la formación, la ilusión y ganas de trabajar, que es lo que todos solemos tener cuando terminamos la carrera.

4. Aprende a tener una actitud profesional: ¡asegura siempre!

Hay una frase muy ligada al juego y al éxito que es frecuente oír en muchos lugares: «el que no arriesga, no gana». Pues bien, aplicado a nuestro oficio, a mí me gusta darle la vuelta y decir justamente todo lo contrario: «quien arriesga demasiado, suele perder tarde o temprano». También nos valdrían otras frases similares como «quien juega con fuego, se acaba quemando».

¿Por qué digo esto? Porque debes tener muy claro que la traducción es un servicio profesional que brindamos a nuestros clientes. Por tanto, a la hora de dar ese servicio, tenemos que dar garantías de que las traducciones que producimos son fiables y que no contienen problemas o dudas sin resolver. Y si los hubiera, lo menos que podemos hacer es ser sinceros e informar de ellos por si en la cadena de trabajo hubiera otra persona que pudiera resolverlos en una fase posterior del proyecto (revisión, control de calidad, etc.).

Esto lo menciono porque, cuando somos estudiantes, generalmente tenemos adquirido el hábito de, ante una duda, jugárnosla. ¿Por qué? Porque cuando hacemos un examen el resultado final es una nota numérica. Si fallamos, la consecuencia no tiene más que una penalización numérica. Si acertamos, aunque sea a voleo, premio y ese punto extra que nos llevamos.

Desde este instante debes tener muy presente que las cosas no funcionan así en el mundo profesional. Si alguna vez tienes una duda que no terminas de resolver, en vez de jugártela y poner lo que te parezca más probable, busca ayuda externa para resolverla. Documéntate, pregunta a colegas, usa foros, pide más contexto si lo necesitas… Haz lo que estimes conveniente, pero asegúrate de resolver el problema sin dejar ningún cabo suelto. De lo contrario, te estarás arriesgando a tener una consecuencia real que podría ser muy dura, como perder a un cliente que te reporta grandes beneficios, ser recordado por la metedura de pata que tuviste en la serie o película equis o labrarte una mala reputación profesional.

5. No ofrezcas tus servicios a cualquiera

Si he aprendido algo en los años que llevo dedicándome a esto, es que un servicio de traducción profesional no es para todo el mundo, sino para quien lo sabe valorar y está dispuesto a pagar lo que es debido por él. Por tanto, aléjate de aquellas empresas, agencias y propuestas en general cuyas propuestas sean indecentes o no se acerquen a lo que las asociaciones y colectivos profesionales entendemos como tarifas dignas. Es la única manera de cuidar el sector e intentar que el mercado no se vaya de madre.

Además, debes ser consciente de que si tu servicio es verdaderamente bueno, serio y de calidad, entonces se debe pagar por él lo que realmente vale y no la estimación que pueda hacer un cliente potencial que quiera imponerte su tarifa. Calcular el valor de tus servicios casi daría para redactar otra entrada, pero si quieres tener unas cifras de referencia, te recomiendo que consultes en foros profesionales o asociaciones para al menos tener unas estimaciones reales de los precios que se manejan en el mercado. Por ejemplo, en este hilo de ForoTraduversia puedes encontrar información sobre tarifas de subtitulado, con comentarios de varios colegas y alumnos de Traduversia.

6. Aprende a sintetizar tus textos

Una de las frases que más suelo repetir en mis clases y por la que muchos de mis alumnos me han tomado manía es: «eso es prescindible». Si me dieran un euro por cada vez que la he dicho, seguramente ya sería un subtitulador jubilado que no tendría que volver a subtitular ni una sola serie más para Netflix.

Fuera de bromas, es verdaderamente importante que aprendas a escribir de una manera sintética. Tu objetivo debe ser aprender a escribir en pocas palabras lo mismo que pueda decir un personaje en versión original o doblada. Si te preguntas por qué, el motivo es simple. El ojo humano no puede leer a la misma velocidad a la que escucha el oído. ¡Sí, el oído es más rápido! Y eso hace que haya pautas para medir y limitar la velocidad de lectura de los subtítulos que, por lo general, no deben exceder un determinado número de caracteres por segundo (CPS, del inglés characters per second) o palabras por minuto (WPM, del inglés words per minute).

Para mejorar en este aspecto, te recomiendo que empieces a ver desde ya series y películas con subtítulos intralingüísticos —subtítulos en el mismo idioma que la pista de audio del producto en cuestión—, para que así puedas fijarte en ellos y comprobar qué omisiones se suelen hacer al subtitular. Otra recomendación es tomar el hábito de aprender a «quitar paja» a tus textos. Esto es tan sencillo como que abras tus últimos correos o la carpeta de trabajos que hiciste para la universidad —por ejemplo— y te pongas a eliminar aquellas palabras o muletillas que sobren. Te garantizo que el resultado te sorprenderá y que aprenderás muchísimo. También es recomendable que te añadas un acceso rápido a un diccionario de sinónimos (como este de WordReference) para buscar palabras más breves —piensa que no es lo mismo escribir «pero», que tiene cuatro caracteres, que «sin embargo», que tiene once si contamos el espacio—.

7. Elige una herramienta y estúdiala a fondo

Por último, pero no menos importante, deberás aprender a manejar las herramientas de subtitulado debidamente. Quiero subrayar esto último de «debidamente», porque no es lo mismo saber hacer cuatro cosas básicas en un editor de subtítulos, que saber aprovechar todo su potencial. También, deberás familiarizarte con los procesos y etapas de trabajo del subtitulado, así como con conceptos clave —cosas como qué es el spotting, cómo personalizar un editor para que se adapte a las pautas de tus clientes, cómo personalizar los atajos de teclado, cómo generar formatos de archivo según requisitos de clientes, etc.—, ya que también influyen en el modo de uso de cada herramientas.

Por eso, primero descubre qué herramientas existen, pruébalas, compáralas y elige aquella que consideres que cubre mejor tus necesidades. Cuando tengas claro qué herramienta es mejor para ti, estúdiala a fondo. Eso te permitirá aumentar tu confianza y tu productividad, así como encontrar soluciones a los problemas que te puedan surgir en el futuro con más rapidez y facilidad.

¿Quieres saber qué herramientas utilizo yo? Vale, para que no digas que no me mojo, te cuento:

  • Desde que terminé la carrera y hasta 2018, utilicé Aegisub. Fue el primer editor gratuito que utilicé y el que incorporaba más funciones allá por 2014 (además, se actualizaba con bastante frecuencia). Por desgracia, dejaron de actualizarlo a finales de 2014, así que poco a poco fui estudiando otras herramientas. No obstante, aún lo uso de manera ocasional e incluso lo recomiendo a los usuarios de Mac, ya que es uno de los pocos editores de subtítulos gratuitos y multiplataforma que existen.
  • Desde 2018 en adelante, utilizo Subtitle Edit como editor gratuito y EZTitles como editor comercial. Uso uno u otro en función de las necesidades de mis clientes. Ambas herramientas se actualizan y con ellas puedo cubrir todas mis necesidades.
  • Recientemente, he descubierto que están surgiendo nuevas herramientas que incorporan las consideradas «tecnologías del futuro», como el cloud computing (esto es, la posibilidad de trabajar en la nube), el spotting automático o la traducción automática. Por eso, también dispongo de herramientas como Trados Studio (con el plugin Subtitling Studio que nos permite traducir plantillas de subtítulos con memorias de traducción e, incluso, traducción automática), HappyScribe (capaz de crear subtítulos automáticos que luego podemos modificar) y Subtitle Horse (un editor que funciona en la nube y que utilizo para emergencias o cuando estoy en un ordenador que no es el mío).

De todas formas, hay muchas más herramientas para elegir. De hecho, en esta entrada vas a encontrar muchos artículos sobre editores muy distintos. También te recomiendo que eches un vistazo a la guía de editores de subtítulos que publiqué hace un par de años, pues contiene toda la información que necesitas saber para iniciarte. Puedes descargarla gratuitamente desde este hilo de ForoTraduversia, en donde también vas a encontrar mucha información sobre editores de subtítulos.

¿Qué más podemos hacer?

Para ir cerrando, te voy a recomendar también que le eches un vistazo a los cursos de subtitulado que imparto en Traduversia. El más reciente lo imparto junto con mi colega Damián Santilli, a quien ya entrevisté en el blog, en el que ofrecemos una formación de iniciación y profesionalización para traductores de España y Latinoamérica. Si lo deseas, también puedes apuntarte a los otros tres cursos que se centran en el manejo de herramientas de subtitulado específicas, que también incorporan algunas nociones teóricas sobre subtitulado.

> Quiero saber más sobre el nuevo curso de subtitulado de Rafael López y Damián Santilli <<

Cursos complementarios de especialización en software para subtitular:

Si no te los puedes permitir ahora mismo, no te preocupes, porque en Traduversia también tenemos dos cursos gratuitos en el que muestro varias herramientas para subtitular:

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