Entrevista a Damián Santilli, traductor audiovisual y especialista en informática aplicada

Hoy tengo el gusto de traer una entrevista a uno de los profesionales a los que más admiro y respeto. No ya solo por el hecho de que hayamos compartido tantos y tantos momentos en el plano profesional como personal (sin duda que el roce hace el cariño), sino también por sus logros e iniciativas profesionales. Si a eso añadimos que tiene una gran generosidad y una enorme predisposición para sacrificar su valioso tiempo en pro del resto de traductores del gremio (en muchos casos de manera no lucrativa), entonces descubrimos a un traductor que bien podría considerarse como un modelo a seguir en cuanto a compañerismo, prolificidad y profesionalidad. Hablo, como no puede ser de otra manera y como ya habrás leído en el título, de mi querido colega y amigo argentino Damián Santilli.

Realmente se me hace difícil presentar a Damián en pocas palabras, pues sus logros y capacidades bien darían para rellenar hojas de currículum, pero en un esfuerzo grande por resumir os diré que Damián es traductor público de inglés, egresado de la Universidad de Morón y corrector internacional de textos en lengua española (certificado por la Fundación Litterae). Sus especialidades son el subtitulado, la localización de software y las traducciones relacionadas con la tecnología informática, la ingeniería y la mecánica. Compagina el ejercicio de la profesión con la docencia y actualmente es profesor titular en la UMSA y en la UBA, en la que además es director de la Actualización en Nuevas Tecnologías de la Traducción, una titulación universitaria pionera en Argentina por ser de las primeras que han incluido materias relacionadas con la traducción audiovisual y la localización en su programa académico.

En lo personal, tuve el gusto de conocer a Damián en mi primer viaje a Argentina con motivo del Simposio Hispanoamericano en Traducción y Nuevas Tecnologías (2015) organizado por el CTPCBA, en donde compartí cartel con otros colegas hacia los que también profeso gran admiración como el omnipresente Xosé Castro, Kevin Lossner o Gabriela Scandura. Por suerte, tras aquella gran experiencia pude ir a Argentina en años sucesivos para participar en otros eventos e iniciativas en los que pude seguir disfrutando del buen hacer y la compañía de Damián y otros colegas argentinos. No me canso de decir que Argentina es casi como mi segunda casa y muestra de ello es que la segunda entrevista de este blog también la protagonice un colega argentino (en la primera el protagonista fue Santiago de Miguel, también argentino).

Organizadores y oradores del Simposio Hispanoamericano en Traducción y Nuevas Tecnologías (2015)

Sin duda que podría contaros mucho más sobre Damián y mis viajes a la Reina del Plata, pero no quiero extenderme mucho más. Aquellos que tengáis especial interés podéis leer las crónicas que publiqué en el blog de algunos de mis viajes (esta y esta). Sin más dilación, vamos con la entrevista.

¡Muy buenas, Damián! Muchas gracias por dedicarnos un ratito de tu tiempo para responder a estas preguntas. Sé que llevas una vida intensa como traductor «jedi». 🙂 Si te parece, empecemos con una breve presentación para aquellos que aún no te conocen demasiado. Cuéntanos, ¿cómo llegaste a ser traductor? ¿Qué camino seguiste hasta convertirte en el profesional que eres actualmente?

Respuesta: Como a muchos de nosotros seguramente nos pasó en nuestra adolescencia, al principio me costó saber qué estudiar en la universidad. Primero elegí una carrera de diseño multimedial, pero por cuestiones laborales de mi primer trabajo en relación de dependencia, se me hizo muy difícil continuar, así que después de seis meses de solo trabajar, decidí meterme a estudiar traductorado público en la Universidad de Morón, aquí en Buenos Aires. No tenía muy en claro qué seguir, pero el inglés siempre fue un idioma que me fascinó, principalmente por lo cultural, y en aquel entonces no me veía como profesor de inglés, así que decidí estudiar el traductorado. En segundo año, cuando fui a mi primer congreso de traducción y vi charlas de muchísimos profesionales y personalidades de la literatura (José Saramago y su esposa traductora, Pilar del Río fueron las estrellas del congreso), me enamoré locamente de esta profesión, y como siempre me encantó la tecnología, ya en mis años de estudio realicé mis primeros trabajos de investigación sobre herramientas de traducción y traducción automática. Cuando me recibí de traductor público, decidí hacer la carrera de corrector de textos para mejorar la calidad de mi escritura y de mis traducciones, y luego me embarqué en el camino de la especialización. Para la parte audiovisual de mi experiencia, me capacité con varios cursos de posgrado y muchísimas horas de traducción. Para la parte de tecnología, prueba y error (siempre me encantó meter mano en las computadoras, así que dominar Trados y otras herramientas fue tarea sencilla).

Después de varios años como freelance especializado en audiovisual, localización e ingeniería, decidí comenzar a ayudar a mis colegas con el uso de las herramientas informáticas e inicié mi camino docente (al cual le tenía mucho miedo y respeto al principio, y algo de eso ha quedado) con cursos de Trados, Word y otras herramientas, allá por 2009. Al poco tiempo, en 2010, di el gran salto y tomé la materia Informática aplicada a la traducción en la Universidad del Museo Social Argentino y me convertí en el primer docente de dicha materia en nuestro país, en el traductorado público.

En estos diez años, la capacitación en informática para traductores me hizo conocer más de 1000 alumnos en toda la Argentina y varios otros lugares del mundo, y me ha dado una enorme felicidad de saber que muchos han podido superar el gran obstáculo que a veces presenta la tecnología gracias a mis capacitaciones.

Igual me va a quedar muy cool, pero si no te hago esta pregunta, reviento. ¿Cuál dirías que es «la fuerza» de los traductores? Te dejo a ti la interpretación de lo que sería «la fuerza».

Respuesta: Pues para mí es bastante sencillo… la fuerza está en aguantar semana a semana la enorme cantidad de noches que pasamos sin dormir para cumplir con esos proyectos de traducción que nos llegan siempre a contrarreloj y también está en sobrellevar esas semanas en donde lo único que hacemos es jugar a la Playstation o, en mi caso, a las cartas Magic.

Con toda la experiencia académica que has atesorado en estos años (en la UBA, CTPCBA, eventos internacionales, etc.), ¿en qué estado está la formación en disciplinas como la traducción audiovisual o la localización en la Argentina y en el resto de Sudamérica? ¿Qué cosas crees que se podrían mejorar o tomar de otros países con mayor recorrido académico en estas disciplinas?

Respuesta: Has tocado un tema muy sensible para mí porque esto es algo de lo que hablo siempre que tengo la oportunidad de hacerlo, sobre todo en eventos de formación para traductores aquí en la Argentina y en América Latina. En nuestro país, tenemos una traducción enorme en la formación de traductores. ¿Me creerías si te digo que la primera traductora pública se recibió a finales del siglo XIX? Nuestra primera traductora con título prácticamente ya era bisabuela cuando muchos países recién comenzaron a ofrecer una carrera en traducción. Pero algo en el camino falló, quizás fue la burocracia de los planes de estudio o, simplemente, la desidia de las personas a cargo de hacer que algunas cosas cambien, y nos fuimos quedando atrás ya que todas las nuevas especializaciones, que se suelen dictar en posgrados, no encontraron su lugar en las carreras de grado, y la formación en posgrado en el ámbito local fue prácticamente nula hasta hace apenas cuatro o cinco años. Los que nos queremos especializar tenemos que recurrir a capacitaciones introductorias y a sumar horas y horas de trabajo para mejorar y aprender del mercado. En la Universidad de Buenos Aires, en 2017, lanzamos el primer programa oficial de posgrado específico, enfocado en herramientas informáticas, traducción audiovisual y localización, pero todavía queda muchísimo por realizar (sobre todo, es necesario un cambio cultural en el traductor que se recibe para que entienda que su vida académica recién comienza).

En los últimos años has participado como ponente en eventos de traducción internacionales muy importantes, como el Languages & The Media, el Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación o el HispaTAV. De hecho, incluso participaste en la organización de alguno de estos eventos. ¿Qué conclusiones sacaste de tu participación en estos eventos tan importantes? ¿Qué crees que aportan estos eventos a los traductores y por qué recomendarías a otros colegas que acudan?

Respuesta: Desde que di mi primera charla en un congreso internacional de traducción, en 2010, siento que participar de estos eventos nos enriquece muchísimo como profesionales. Siempre que puedo, acepto las invitaciones que me realizan para exponer ya que suponen un nuevo desafío para investigar cosas nuevas o indagar más a fondo en los temas en los cuales trabajo a diario y brindar mi visión para el público. Como asistente, los eventos me dieron un crecimiento enorme cuando estaba estudiando o en mis primeros años, y quizás ahora no tanto como antes, pero siempre que puedo participo de algún evento local o internacional solo como asistente. Evidentemente, las propuestas son cada vez más variadas y hay que saber elegir, por eso siempre que estoy a cargo de la organización de un congreso, como fue por ejemplo el HispaTAV en este 2018, trato de trabajar en lograr algo que sea útil no solo para el que recién comienza, sino también para el que lleva muchos años en la profesión.

En tu participación en el Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación diste una ponencia muy interesante titulada «El futuro de la traducción más allá de la traducción automática». ¿Crees que los avances en traducción automática serán útiles para nuestro gremio o, por el contrario, serán perjudiciales? ¿Qué tienes que decirles a aquellos que dicen que el oficio de traductor tiene fecha de caducidad?

Respuesta: En mis charlas sobre traducción automática (ya he dado unas cuantas sobre el tema en los últimos años), siempre destaco que lo más importante es que el traductor esté informado de los avances de esta tecnología. Esto nos sirve para dos cosas fundamentales: la primera, perder el miedo a una tecnología que no llegó para quitarnos el trabajo como muchos creen, sino para ser un asistente a las necesidades de traducción que supone un mundo globalizado como el que vivimos ahora; la segunda, saber para dónde va la profesión y así poder elegir con mayor tranquilidad la especialización a la que vamos a dedicarle horas de capacitación. Hace veinte años, un traductor podía vivir y ganar mucho dinero traduciendo manuales sencillos y repetitivos, como el de un televisor. Hoy en día, el campo del profesional se reduce a los trabajos más específicamente intelectuales y no tan mecánicos. Para mí, eso es un alivio. ¿Quién quiere pasarse horas traduciendo instrucciones sobre cómo usar un control remoto? Que Google se encargue de eso, que yo me voy a traducir el próximo estreno de una plataforma de streaming, el más reciente videojuego de mi serie favorita o un contrato millonario de mi cliente favorito.

Una las ramas en las que eres especialista es el subtitulado. ¿Qué opinión crees que tiene el público argentino y sudamericano del subtitulado? ¿Se consumen subtítulos o están infravalorados como en tantos otros países acostumbrados al doblaje?

Respuesta: Nuestro país ha sido históricamente de subtitulado. Nos hemos acostumbrado a ver todo con subtítulos, pero eso ha cambiado bastante a lo largo de los años y, con la llegada de los servicios de streaming a un rango más amplio de la población, el doblaje ha ganado terreno a pasos agigantados. Y, si bien muchos detractores del doblaje se esfuerzan para luchar contra su avance, creo que en nuestro país vamos hacia un camino de armonía perfecta en el que pueden convivir tanto los productos subtitulados como los doblados en el cine, la televisión y los otros medios audiovisuales.

Después de varios años de relación, te tengo por un profesional generoso y siempre con ganas de hacer aportes útiles a nuestro gremio. Uno de tus proyectos no lucrativos más visibles en la red es The Translation Show. ¿Qué te mueve para embarcarte en proyectos como este? ¿Crees que es importante que los traductores hagamos aportes, digamos, gratuitos a nuestra comunidad? Y, la pregunta más importante, ¿cómo haces para aguantar al traductor «gashego» con el que compartes micro?

Respuesta: Si tengo que decirte la verdad, no hay nada que me incentive más para llevar el proyecto adelante que trabajar contigo, Rafa. Desde que te he conocido, en el Simposio Hispanoamericano de Traducción Especializada en 2015, no he dejado de aprender y de pasármela bien. Es realmente un honor y una pasada compartir este programa contigo. Y claro, siempre me ha encantado el contacto con los colegas y poder brindarles todos mis conocimientos, esto lo aprendí en mi trayecto por el CTPCBA y, ahora que ya no estoy allí, The Translation Show es el lugar perfecto para devolver a la comunidad un poco de tanto lo que me ha dado en estos años. Además, si mis colegas mejoran, todos mejoramos como profesión, por lo que es una situación perfecta.

Ya casi para terminar, ¿qué consejos les puedes dar a otras personas que quieran seguir tus pasos y convertirse en traductores? Aparte de formarse contigo, claro.

Respuesta: Nunca dejar de estudiar ni dar por sentado sus conocimientos. La carrera de grado es solo un pequeño paso en esta profesión. Puedo decirles con absoluta certeza que todos los profesionales que conozco que están bien preparados tienen muchísimo éxito y viven muy bien de esta profesión (¡y de manera independiente!). Hay que conocer el mercado, las nuevas tendencias, las herramientas informáticas… y cuando estemos listos, metámonos de lleno en la especialización elegida para convertirnos en los profesionales que necesita el mercado del futuro.

Por último, ¿nos recomiendas algún libro relacionado con el oficio que pueda servirnos para crecer profesionalmente?

Respuesta: No puedo empezar esta respuesta de otra manera que no sea recomendando el Manual de informática aplicada a la traducción, libro que he escrito con colegas de la Comisión de Recursos Tecnologías del CTPCBA que presidí hasta 2016. Esta obra, la primera en español sobre el tema, ya lleva dos ediciones y es un trabajo que nos va a permitir crecer como usuarios de diferentes herramientas ya que trata temas como entornos de traducción, software, hardware, traducción automática y mucho más.

Después, tengo muchos otros libros para recomendar que me han ayudado mucho, aunque dependerá de qué tenga ganas de hacer en la profesión, pero si tengo que nombrar alguna otra obra más general, no puedo dejar de hablar de The Prosperous Translator, el libro de Chris Durban. Una verdadera maravilla. Una guía, una biblia, para todo profesional de la traducción con ganas de crecer.

¡Muchas gracias, Damián! No sabes el honor que supone haberte entrevistado para Jugando a traducir. Creo que tus aportes son verdaderamente interesantes para los que nos dedicamos a la traducción audiovisual y te confieso también públicamente que es un placer tenerte cerca, pues tu mera presencia equivale a tener un aprendizaje multidisciplinar constante del que no me canso. Así que ya te aviso de que no te librarás de mí fácilmente. Un abrazo enorme. 🙂 

Gracias a ti, Rafa, por esta entrevista en tu increíble blog que recomiendo a mis alumnos de primer año apenas comenzamos cada año (junto con AMQT de Pablo). El aporte gratuito y desinteresado que han hecho a la comunidad es realmente un ejemplo. Y si me permites, también quiero felicitarlos por Traduversia. Para mí, es sin dudas, la mejor plataforma en español para capacitarse en traducción. Gracias por el esfuerzo que realizan para ofrecer más y más capacitaciones, y gracias por darme la oportunidad de armar mi curso de Trados Studio para ofrecerlo en su sitio web. En este 2018, ha sido uno de los saltos de calidad más grandes que he dado.


Y hasta aquí la entrada. ¿Qué te han parecido las respuestas de Damián? ¿Compartes su visión sobre el oficio? ¿Hay algo que te gustaría preguntarle relacionado con la entrevista? ¡Usa los comentarios!

Recuerda que si quieres seguir aprendiendo de Damián, desde hace unos días tienes disponible el increíble curso de Trados que ha publicado en Traduversia, en el que podrás convertirte en un auténtico experto de esta herramienta. Haz clic en el siguiente enlace si quieres saber más sobre el curso (¡no olvides echarle un vistazo al vídeo de presentación!).

¡Hasta la próxima entrada!

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Ana Laura Vacas
Ana Laura Vacas
5 años atrás

La claridad y practicidad de los cursos de Damián son inigualables. Realicé 3 de los cursos de su página y me dieron la confianza y los conocimientos necesarios para iniciarme en la profesión. Comparto con Damián la idea de que cuando nos recibimos es ahí donde comienza nuestra «verdadera formación académica». Especializaciones, cursos, talleres… no sólo suman conocimiento sino contacto con colegas y conocer excelentes personas como Damián. (Aún después de tiempo de haber terminado sus cursos me ha respondido alguna duda, lo que demuestra las ganas desinteresados que mencionan en la entrevista). También tomé un par de cursos con… Leer más »

Analía Zanelli
5 años atrás

¡Me gustó mucho la entrevista! A Damián lo tuve como profesor en dos seminarios de la maestría de Traducción e Interpretación de la Universidad de Buenos Aires y disfruté muchísimo sus clases y su manera de compartir conocimiento. Queda muy en claro que sabe de lo que habla y que quiere seguir aprendiendo, y eso es algo que se contagia.
Gracias por compartir esta entrevista. ¡Voy a seguir de cerca esta página!

Diana Margarita
5 años atrás

Felicitaciones a los dos por esta fabulosa entrevista. Es siempre muy inspirador conocer más a fondo la trayectoria de profesionales tan comprometidos con nuestra profesión.
¡Un abrazo y un feliz año nuevo!

¡Saludos desde Brasil!

Inés
4 años atrás

Muy buena entrevista! Se puede aprender mucho de la experiencia de los más profesionales.
Un saludo